I
¿El
fracaso?
El
poeta menor no le tiene miedo al fracaso
No
comulga con la idea de fracaso
El
fracaso sería el momento en que el ouróboros
Saborea
su propia sangre
Que
dicho sea de paso es lo único que puede apagar su sed
II
El
poeta menor lee literatura
De
la misma manera que come una manzana
O
se saca los pantalones
Como
si fuera no la última
Sino
la primera vez
Aunque
si pudiera elegir
Elegiría
reencarnar en un meteorito, una cueva
O
un chita
Cualquier
cosa mientras sea capaz de mantenerse
Lo
más lejos posible del lenguaje
III
El
poeta menor imagina que la historia de la literatura
Es
una vagina dentata de dimensiones
inconcebibles
Hacia
la cual nos dirigimos con los ojos vendados
Tanteando
los jeroglíficos en los muros de carne
Apoyados
los unos a los otros
Guiados
únicamente por los versos que pudimos memorizar
Y
por la estela de un olor fuertísimo
IV
Cada
vez que escucha la palabra póstumo
El
poeta menor visualiza a un senador romano
El
más noble de todos los que debaten en el Foro
El
más fiel al Emperador
Y
por eso mismo víctima de una intriga de envidiosos y corruptos
Por
la cual se le terminan confiscando todos sus bienes
Persiguiendo
a sus hijos, hermanos, sobrinos, etc.
Quemando
públicamente los discursos que en el pasado
La
plebe escuchó con un silencio de ultratumba y después aplaudió de pie
Mientras
silbaba y clamaba Póstumo! Póstumo!
Pero
cuando finalmente su nombre
Ya
es casi sombra
Y
sus calumniadores le dan a elegir
Entre
el destierro y el suicidio
Cuando
una esclava agitada le comunica los rumores
En
el momento de la verdad
¿Qué
creen que decide Póstumo?
¿Qué
creen que diría
El
poeta menor?
¿Qué hubieran elegido ustedes?
V
El
poeta menor adquirió la certeza de que es menor
Después
de un sueño en el que entra a un museo
Invitado
por alguien que acaba de conocer
De
una modelo o un modelo
No
puede saberlo porque lleva una máscara de cuero
Que
le cubre toda la cabeza
¿Y
qué están yendo a ver?
Todavía
no lo sabe pero intentan colarse en una fila larguísima
Aprovechando
que, después de esperar
Durante
lo que parecen años
Se
han formado entre la multitud diferentes clanes
Que
están peleándose entre sí para llegar primero
¿Y
a dónde?
De
a poco alcanza a ver a lo lejos
Un
alto pedestal iluminado por antorchas
Rodeado
de cuatro estatuas sin cabeza
Que
realmente no son estatuas
Sino
los verdaderos protectores del cráneo
Del
poeta mayor
Un
cráneo que da igual
Que
haya pertenecido a Dante, a Safo o a Rimbaud
De
repente se desata una batalla campal
Quien
acompañaba al poeta menor desaparece
En
un mar de empujones
Y
lo último que el poeta menor puede ver
Es
cómo el cráneo cae al suelo y rebota
Entre
las piernas de los fanáticos
Como
una pelota de tenis
¿Entonces
no era un cráneo de verdad?
¿Era
una imitación? se pregunta el poeta menor
Al
despertar y sentirse como Atlas
Cuando
se dio cuenta de que toda la vida
Había
cargado sobre sus hombros un cielo imaginario
El
poeta menor agradece en un susurro
A
nadie en particular
Qué
quietud
Cuánta
paz trae la indiferencia
El
olvido de tus contemporáneos
Poder
bailar desnudo entre personas desnudas
Que
hablan idiomas diferentes
Y
se piden fuego mediante señas
VI
La
musa del poeta menor tiene apariencia de bufón
Un
bufón que cambia constantemente de nombre
Una
semidiosa inubicable que no se dedica a entretener
A
ningún rey o reina
Ya
que todos ellos
Sin
excepción
Trabajan
para Solemnidad
—La Que Nunca Ríe—
Junto
con los Medios de Comunicación
Y
la Inquisición
VII
Pero nada de todo esto es algo
nuevo
¿Quién no lo sabe?
VIII
Cuando
al poeta menor le preguntan
¿Qué
es la poesía poeta menor?
Suele
contestar lo primero que se le viene a la mente
En
esta ocasión dirá
Un
coche-bomba
Que
está estacionado en ningún lugar
Desde
la época de las cavernas
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